lunes, 24 de octubre de 2016

'No hay bestia tan feroz' - Edward Bunker

En esta entrada trataré de diseccionar, con rigor, honestitad y subjetividad, la novela No hay bestia tan feroz, la opera prima del californiano Edward Bunker (publicada originalmente en 1972).

 Eso sí, esta vez no me voy a extender mucho.

SINOPSIS [Fuente: Quelibroleo.com]:
Tras ocho años entre rejas,portentosavuelve a Los Ángeles con sesenta y cinco dólares en el bolsillo, un traje pasado de moda y la intención de reinsertarse en la sociedad. No es tarea fácil para quien, en su corta vida, no ha conocido otra cosa que el crimen y cuenta sólo con la improbable ayuda de un rígido y prejuicioso agente de la condicional. Descreído de sus posibilidades de éxito, abrumado por los fantasmas de su vida anterior, Dembo se verá en poco tiempo arrojado a una encrucijada de la que su instinto criminal podría salir reforzado.

Creo que es importante destacar que Edward Bunker (1933-2005) fue delicuente y convicto. Más tarde se dedicó a escribir (novelas y guiones) y a actuar. De hecho, a mí me llamó bastante la atención, encarnó al "Señor Azul" de Reservoir Dogs (opera prima de Quentin Tarantino).

A partir de la sinopsis y de esos datos biográficos, no se hace difícil imaginar que, de algún modo, Max Dembo –el prota– tiene bastante que ver con el propio Edward Bunker. Y menos si os digo que está escrita en primera persona.

Más allá de eso, decir que creo que viene a ser la novela que te esperas (que no es poco). Así que no esperéis sorpresas. Pese a ello, a mí me ha resultado una novela muy entretenida e incluso trepidante en algunos momentos. Y no se puede decir, pese a la sobria prosa, que esté mal escrita (al contrario). También tiene alguna escena bastante dura, pero no se caracteriza por ello, sino más bien por poseer una trama cruda, descarnada, que refleja los bajos fondos de Los Ángeles de una manera portentosa y sin muchos rollos. Además, aunque es algo que casi va ligado a lo anterior, hay constantes referencias a la droga (heroína, hachís...).

La historia es muy lineal (¿y simplona?), sin líos de subtramas ni de personajes secundarios (hay unos cuantos, pero van muy ligados a la trama). Avanza, avanza y avanza, como una ola que se va acercando a la playa... y que nos lleva con ella.

De todos modos, luego es una cuestión de gustos, claro. Y también de personalidad, momento vital, etc. (hablo del lector), en el sentido de llegar a conectar con Max Dembo y todo ese mundo que hay a su alrededor. Pero bueno, me atrevería a decir que la novela gustará a más del 90% de los aficionados a la novela negra (que no policíaca).

Por cierto, pese a que la historia fluye mucho, es básicamente puro entretenimiento y todo eso (creo que el señor Bunker no tiene más pretensiones), sí que hay lugar para reflexiones o pequeñas derivas existenciales/filosóficas. Quizá no tanto por reflexiones y escenas que sean concretas y explícitas, sino más por la historia en sí misma. Pero vamos, creo que la trama te hace reflexionar constantemente. Cuando menos, pensando "¿Qué habría hecho yo en esta situación?" (que no es poco). Pero no solo en ese sentido.

Eso sí, debo decir que alguna cosa me ha chirriando un poco. Y el final... (Ojo, podéis tomarlo con spoiler). Bueno, el final parece más o menos cerrado... hasta el giro de tuerca del último momento. No sé, deja como muy abierta la posibilidad de dar continuidad a la novela.

En definitiva: me ha parecido un buen libro. ¿Nota? No sé, supongo que sobre 7'75-8.

Por cierto, esta novela tiene una adaptación cinematrográfica: Libertad condicional (Straigh time, 1977), dirigida por Ulu Grosbard y protagonizada por Dustin Hoffman. Sin embargo, no la he visto y no puedo deciros nada sobre ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario